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Ana Merino inauguró su trayectoria como escritora en 1995 con Preparativos para un viaje, el primero de los ocho poemarios publicados hasta la fecha. Con ellos ganó varios galardones de reconocido prestigio como, por ejemplo, el Premio Adonáis por su opera prima, el Premio Fray Luis de León por Juego de niños (2002) o el Premio Jaime Gil de Biedma por Curación (2010). Aunque ha publicado varias obras de teatro, la labor artística de Ana Merino se ha concentrado en los últimos decenios sobre todo en la poesía. Su poética ha sido caracterizada por una primera fase de aprendizaje y perfeccionamiento estético y una segunda fase de madurez, en la que muestra una mayor preocupación moral y ética. En ambas se puede constatar una clara tendencia metaliteraria (López Guil, 2016). En el ámbito de la narrativa, sin embargo, con excepción de una novela juvenil publicada en 2009, Ana Merino hace su debut tan solo en 2020 con la novela El mapa de los afectos, que le ha valido el Premio Nadal de este mismo año, y mediante la cual explora nuevos espacios de su escritura. El propósito de mi tesis doctoral será investigar, mediante el análisis discursivo, la (meta-)poética que Merino propone en esta nueva fase de su itinerario artístico.
En el epígrafe de El mapa de los afectos encontramos una cita de los Cuatro Fantásticos, superhéroes creados por Stan Lee y Jack Kirby en los años 60, y en los agradecimientos se dedica el libro a “las buenas personas, a los que hacen la vida agradable a los demás y nos acompañan con ese gesto amable” (Merino, 2020: 219). Ese “sedimento de bondad y de genuino afecto” en las personas, esa bondad desinteresada que “[irradia] cariño, para producir campos de fuerza donde poder cobijar a los demás”, acto similar al que ofrecen los superhéroes, y gracias a lo cual “la humanidad todavía no se ha extinguido”, es un hilo rojo que recorre toda la obra (Merino, 2020: 217). El tema de la bondad y de las buenas personas, por tanto, recibe protagonismo desde los mismos paratextos y es expuesto en el texto desde distintas perspectivas. Esta pluralidad concuerda con la estructura de la novela – que ha sido tildada de coral – y es expresada también mediante el símbolo del mapa, presente desde el título y evocado innumerables veces más. Porque el mapa viene a formar el embrague entre tema y narración, entre contenido y forma. Como argumentaré en mi disertación, a través de la figura del mapa, en el nivel del enunciado se reflexiona sobre la bondad individual, que forma y mantiene la sociedad, y, en el nivel de la enunciación, acerca de la propia creación literaria.
Referencias bibliográficas:
Merino, A.. El mapa de los afectos. Barcelona, Planeta, Ediciones Destino, 2020.
López Guil, I.. “Ludismo y sentido en ‘Juego de niños’ (2003) de Ana Merino”, en: Enseñar Deleitando. Carta, C., Finci, S. y Mancheva, D. (eds.). Berna, Interactive Factory, 2016, pp. 369-387.
Perfil: Master of Arts en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad de Zúrich. Asistente y doctoranda en la cátedra de Literatura española (a cargo de la Prof. Dra. Itzíar López Guil) de la Universidad de Zúrich.